BY GUILLERMO DESCALZI
Nuevamente la matanza de los inocentes. Es un hecho que recurre periódicamente. Es como si los seres humanos no aprendiésemos de nuestra historia. Así es. Nadie aprende de la historia de otros, todos aprendemos en carne propia, pero vayamos a darles esto como excusa a los inocentes.
Matar inocentes fácilmente parecerá malo, pero tanto buenos como malos incurren en masacres periódicas. El presumiblemente malo Herodes mató a presumiblemente buenos recién nacidos, según los evangelios. Un presumiblemente bueno ángel del señor mató los primogénitos --quién sabe si buenos o malos-- de los súbditos del presumiblemente malo faraón de Egipto, según el libro del Exodo.
En nuestros Estados Unidos de América hay quienes hoy quieren cegar la vida ciudadana de los nacidos aquí de padres indocumentados. Sería otra matanza de inocentes. Quitarle el derecho de piso es darle muerte ciudadana al nacido aquí. Es lo que algunos quieren, revisando la enmienda catorce de la Constitución, que dice: ``Toda persona nacida o naturalizada en los Estados Unidos, y sujeta por ello a tal jurisdicción, es ciudadana de los Estados Unidos y del Estado en que resida''.
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Nuevamente la matanza de los inocentes. Es un hecho que recurre periódicamente. Es como si los seres humanos no aprendiésemos de nuestra historia. Así es. Nadie aprende de la historia de otros, todos aprendemos en carne propia, pero vayamos a darles esto como excusa a los inocentes.
Matar inocentes fácilmente parecerá malo, pero tanto buenos como malos incurren en masacres periódicas. El presumiblemente malo Herodes mató a presumiblemente buenos recién nacidos, según los evangelios. Un presumiblemente bueno ángel del señor mató los primogénitos --quién sabe si buenos o malos-- de los súbditos del presumiblemente malo faraón de Egipto, según el libro del Exodo.
En nuestros Estados Unidos de América hay quienes hoy quieren cegar la vida ciudadana de los nacidos aquí de padres indocumentados. Sería otra matanza de inocentes. Quitarle el derecho de piso es darle muerte ciudadana al nacido aquí. Es lo que algunos quieren, revisando la enmienda catorce de la Constitución, que dice: ``Toda persona nacida o naturalizada en los Estados Unidos, y sujeta por ello a tal jurisdicción, es ciudadana de los Estados Unidos y del Estado en que resida''.
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