
Olvidando agradecer
Por: Ricardo Tribín Acosta
Por: Ricardo Tribín Acosta
Resulta que una persona llega a un sitio en donde las posibilidades de parqueo son mínimas, pues hay carros por todas partes. Como no lo encuentra fácil, decide elevar una oración al Altísimo para pedirle que le halle un espacio. De pronto, oh! sorpresa!. Un carro sale y el puede entrar allí como Pedro por su casa y logra parquearse cómodamente. Cuando esta ya ingresando, vuelve a rezar y dice: No te preocupes Dios mío, que yo ya encontré un buen espacio.
Ese yo….es lo que se llama el yo-yo de los seres humanos que, cuándo pasan por momentos difíciles se acuerdan de Dios y se convierten en las personas mas fervorosas del planeta, pero cuando todo concluye, atribuyen el éxito solo a ellos mismos, olvidando que en el mundo hay un Orden y que este tiene esencia Divina. Si no lo creemos, acordémonos como la gente se vuelve tan piadosa cuando ocurre un terremoto o llega un huracán, más que cambio experimentan cuando todo pasa.
Ese yo….es lo que se llama el yo-yo de los seres humanos que, cuándo pasan por momentos difíciles se acuerdan de Dios y se convierten en las personas mas fervorosas del planeta, pero cuando todo concluye, atribuyen el éxito solo a ellos mismos, olvidando que en el mundo hay un Orden y que este tiene esencia Divina. Si no lo creemos, acordémonos como la gente se vuelve tan piadosa cuando ocurre un terremoto o llega un huracán, más que cambio experimentan cuando todo pasa.
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