
CALENTAMIENTO GLOBAL, Fanatismo vs realidades
ARMANDO GONZALEZ
Los seres humanos son el valor supremo de la Creación. El respeto al medio ambiente no significa elevar la naturaleza, material o animal, por encima del hombre. Las evaluaciones al respecto deben ser llevadas a cabo de forma prudente, en diálogos con expertos, despojados de presiones ideológicas que llevan a conclusiones precipitadas y, sobre todo, con el objetivo de lograr acuerdos sobre un modelo de desarrollo sostenible capaz de lograr el bienestar de todos y siempre con respeto al balance ambiental.
Papa Benedicto XVI
La cita anterior, anunciada por el Vaticano el pasado día 12, forma parte del mensaje papal de nuevo año que será ofrecido mañana, 1 de enero de 2008. Uso la cita porque refleja la tradicional y tranquila sabiduría del Sumo Pontífice y por cuatro palabras que considero clave en el debate ambientalista: ``...despojados de presiones ideológicas''.
Porque es precisamente eso, ideología, lo que impulsa el debate. Una ideología con tintes de fanatismo que intenta descalificar a los que difieren como ''infieles'', en el mismo grupo que los ''denegadores'' del Holocausto y, usando una frase favorita de Al Gore, miembros equivalentes de la ''sociedad del planeta plano'' (The Flat Earth Society). Gore y el resto de sus fanáticos usan la técnica mas antidemocrática que existe: descalificar las opiniones contrarias.
¿Recuerdan mis lectores la reciente amonestación del presidente Zapatero a Chávez en la Cumbre de Chile, ''al oponente no se le descalifica''? ¿Cuántos de ustedes quisieran tener delante a Al Gore y usar la aún más famosa amonestación ``¿por qué no te callas?''
Hace diez años, cuando el acuerdo de Kioto iba a ser firmado, el Senado de Estados Unidos en un voto de 95-0 aprobó una resolución estableciendo que Estados Unidos no aprobaría negociación alguna que impusiera limitaciones a las emisiones de países desarrollados y exceptuara a países en desarrollo.
Los senadores de ambos partidos entendieron que dejar fuera de restricciones a China, la India y otros era un gran error porque ''el calentamiento global'' no era un problema sólo de Occidente, sino del mundo entero. Aun más importante, los senadores entendieron que el argumento fundamental era menos sobre ''el calentamiento global'' que sobre ''el crecimiento económico''. Los países en desarrollo no quieren limitaciones de ninguna clase, pero sí desean desacelerar el crecimiento económico de las naciones desarrolladas para así ganar beneficios económicos.
Lo cual nos trae a la reciente conferencia ambiental en Bali, Indonesia. En la superficie, esta conferencia era sobre calentamiento global pero, en realidad, era mucho más sobre lograr un ''mandato'' internacional que desacelerara el crecimiento económico de los países desarrollados. Los países en desarrollo aún creen que deben estar exentos de los requerimientos para reducir el calentamiento global. El Grupo G77 (150 países en desarrollo) declararon que no estaban preparados para reducir emisiones de combustibles fósiles para lograr cambios climáticos. La India argumentó que ellos ``debieran recibir compensación por proteger sus bosques en lugar de tener que comprometerse a reducir emisiones''.
China está, rápidamente, expandiendo su base industrial. Esta poniendo en marcha una central termoeléctrica cada semana. Hace un año, The New York Times reportó: ''China ya usa más carbón mineral que Estados Unidos, la Unión Europea y Japón combinados. Por lo tanto, su contribución al calentamiento global posiblemente exceda la de todos los países industrializados sobre los próximos 25 años''. China ya tiene 20 de las 30 ciudades más contaminadas del planeta. Pero Su Ewi, el más prestigioso experto climático de China, declaró en Bali que ``la responsabilidad de reducir el calentamiento global es de los ricos, no de China''.
Durante el período 1990-2005, Estados Unidos mantuvo su nivel de emisiones mejor controlado que Canadá, Grecia, Irlanda, Nueva Zelandia, Portugal, España y Turquía, aunque no tan bien como Australia, Francia, Alemania, Gran Bretaña y los países escandinavos.
No tengo dudas de que debemos continuar con las investigaciones científicas necesarias para reducir emisiones de gases de invernadero. Debemos confiar en soluciones tecnológicas pero, mientras tanto, tenemos que continuar incrementando nuestra capacidad energética. Hoy Estados Unidos genera un millón de megavatios de electricidad, 52% a partir de carbón mineral, 36% de gas natural y plantas nucleares, 11% de petróleo y plantas hidroeléctricas y solo 1% de vientos y fuentes solares. Las proyecciones son que necesitaremos 100,000 megavatios más, 10% más de energía eléctrica, para el año 2020. Solamente una fracción de ese incremento vendrá de fuentes renovables, por lo tanto necesitaremos nuestros recursos tradicionales por muchas mas décadas.
Hace unos dos años, un estudio de la Universidad de Princeton concluyó que el nivel de emisiones de dióxido de carbono podría mantenerse estático si se construyeran 700 plantas nucleares en todo el mundo. Porque las plantas nucleares no contribuyen al calentamiento global. Pero esta solución no cuenta con el favor de los fanáticos ambientalistas y, por lo tanto, no forma parte de las ''soluciones'' de Kyoto o Bali.
Es enteramente posible, y necesario, el reducir emisiones nocivas a traves de logros tecnológicos, pero no por un mal concebido esfuerzo de igualdad económica por parte de naciones irritadas por nuestros éxitos económicos.
agonzalez@miamiherald.com